20/2/15

#NovelaErótica 50 sombras de Grey... y qué más?


Como seguramente habrán notado (y disfrutado), estamos presenciando un auge de la novela erótica. Una de las iniciadoras de la movida en el último tiempo fue E. L. James, con su ya exitosísima trilogía de las 50 sombras de Greyque ahora tiene también su versión cinematográfica. Para tratarse de un inicio, podríamos calificar a esta historia como lo hizo una de mis amigas: “un poco fuerte”. Encontramos prácticas sado, bondage y de sumisión.
Pero más allá del atrevido y sofisticado Christian Grey, la industria no para de sugerirnos novedades hot. Y las hay para todos los gustos.

Probablemente recuerden a Melissa P., la autora de Cien cepilladas antes de dormir, que nos narraba sus peripecias sexuales adolescentes, y que ahora sorprendió con TresAcá nos presenta un triángulo amoroso un tanto bizarro, que combina a un criador de loros y a un fotógrafo bohemio.
Lucinda Carrington es autora de Los noventa días de Genevieve, una historia que nos mantiene en vilo con el juego de poder creado entre una jóven profesional y un hombre de negocios. Una historia de amor y obsesión.

Y eso sólo para presentarte algunas de las opciones. Más allá de toda esta parafernalia literaria quenchi, hay algo que me gustaría decirles: tenemos que aprender a leer como mujeres, chicas. Nos enseñaron a leer como hombres. Hay algo que algunos autores no saben y es que, en cuestiones de sexo, las mujeres no somos precisamente mandonas y autoritarias como se nos pintó siempre (la típica escena de la oficinista sodomizando a un secretario).
No. Lo que nos excita no es estar en el lugar de jefas. He leído muchas novelas eróticas de este tipo y les diré que hay algo que no encontré en ninguna y es DESEO. Lo que debería ser un encuentro sexual con alguien que nos gusta mucho se reduce la mayoría de las veces a un mero acto mecánico, sin sentido, desapasionado. En las historias que nos presentan, no vi dos personas queriendo tener sexo entre ellas. No percibí ese momento en que te brillan los ojos de deseo, de necesidad de fundirte en el otro. Y sé que no puedo ser la única que piense de esta manera. Estoy segura de que todas tuvimos un polvo espectacular, casi cinematográfico, después del que pensamos “a cualquier director le hubiese encantado filmar esto”. Y no podemos conformarnos con menos.
Sin embargo, hay un clásico de este estilo que sí me gustó mucho y que no pueden dejar de leer si son fans del género. Hablo de Las edades de Lulúde Almudena Grandes. Una prosa adolescente, exquisita, que no da descanso. Y no les diré más porque ahí está la novela y también la película. Una buena historia detrás de tanto erotismo.

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